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Sobre la incoherencia

Conversación con el monstruo

LÁZARO COVADLO

331 págs.

Emecé, Barcelona, 1998

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En 1997 la aparición de un libro de cuentos titulado Agujeros negros, debido a un casi desconocido escritor argentino afincado en España, suscitó el entusiasmo unánime de la crítica. Eran esos cuentos una muestra luminosa de maestría narrativa que nos descubrían a un autor maduro, dueño de un universo propio en el que lo tenebroso, en conjunción con el humor y con el juego metaliterario abundante en referencias a autores como Borges, Feliserto Hernández, Lewis Carroll o Kafka, se aliaban en la creación de ficciones tan sencillas de composición como profundas y conmovedoras en la rica variedad de sus significados ocultos.

Ese sólido universo literario y esa personalísima capacidad de fabulación están presentes también en Conversación con elmonstruo, una novela que quedó finalista del Premio Planeta Biblioteca del Sur en 1993 y que al igual que se hiciera hace unos meses con Remington Rand, unainfancia extraordinaria, finalista en 1997 del mismo premio, se recupera ahora al abrigo del éxito cosechado por Agujerosnegros. Concebida como unas memorias apócrifas en las que un argentino exiliado en España llamado Ernesto Pasternak, falso sobrino del escritor ruso Boris Pasternak, da cuenta de su caótica trayectoria vital y de los personajes singulares que, unas veces de forma colateral y otras directa, intervinieron en ella, Conversacióncon el monstruo representa un irónico repaso a los horrores, sueños perdidos y luchas vanas del último siglo de historia al mismo tiempo que una reflexión a ratos ácida y a ratos melancólica sobre las «incoherencias» de la vida, sobre todos esos azares y encuentros casuales que configuran el destino individual de manera mucho más concluyente que los planes trazados con fría determinación. Basándose en hechos extraídos de su propia vida, convenientemente deformados y modificados, Lázaro Covadlo (Buenos Aires, 1937) crea una estructura centrífuga en la que el aparente hilo cronológico oculta en realidad una sucesión de episodios más o menos autónomos en los que el narrador protagonista se implica sin orden ni concierto dando cabida a una extensa galería de personajes, tan extravagantes como él mismo, sobre los que se proyecta la sombra de los acontecimientos definitorios de este siglo: desde la guerra civil española hasta el holocausto judío, desde el sueño utópico de los primeros kibutz en Palestina y la posterior fundación del estado de Israel hasta la ascensión y caída del comunismo estalinista, desde las dictaduras sangrientas de Chile y Argentina a la transición democrática española. La intención que Covadlo persigue con ello es la de establecer un paralelismo entre la historia individual y la historia colectiva para subrayar la dosis incontrolable de absurdo que gobierna todo proyecto humano y desvelarnos que ante cualquier decisión no sólo hay siempre una infinidad tal de variables que nos impide en definitiva estar seguros de cuál es el camino más adecuado sino que las desviaciones son frecuentes y muy a menudo los «monstruos» acechan detrás de los anhelos en apariencia más nobles e inocuos.

Con esos pilares, Conversación con el monstruo triunfa en su sentido metafórico pero fracasa sin embargo en lo más elemental: la narratividad. Los diferentes sucesos en los que el protagonista se ve inmerso aparecen deslabazados e inconexos, sin una cohesión que los agrupe dentro de una unidad mayor; lo cual se percibe con toda nitidez en la segunda mitad del libro. Son tan variados los hilos que para entonces ha abierto Covadlo que se ve obligado a cerrarlos artificialmente demasiado pronto y el desenlace, que se inicia con el retorno temporal del narrador a Argentina y su reencuentro con los diversos personajes que trató en otros tiempos, se hace largo y forzado. Una pega esta que no desdice el talento sobrado de Covadlo, su imaginación desbordante y el fino trabajo de creación verbal.

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Ficha técnica

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